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1. Los colores básicos
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En
ocasiones, he oído decir a algún artista aficionado que
sólo usaba los tres colores básicos: amarillo, rojo y azul.
Hay que suponer que, si pintaba al óleo, también utilizaría
el blanco. |
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Sinceramente,
creo que esto es un error. Es verdad que añadiendo amarillo al
azul sale un bonito verde, y que con un poco de rojo y amarillo obtenemos
un aceptable naranja. Pero también es cierto que con rojo y azul
jamás conseguiremos ningún color de la gama de los violetas
por la sencilla razón de que el rojo es carmín más
amarillo. |
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En
Artes Gráficas se trabaja con cuatro tintas: amarillo, carmín
(magenta), azul (cyan) y negro. Con ellas, y jugando con el blanco del
papel, consiguen todos los demás colores. No obstante, cuando se
trata de pintar, la respuesta de los óleos no es la misma que la
de las transparentes tintas de imprenta. |
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2.
Mi paleta habitual |
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Por este motivo
utilizo once colores. Después de muchos años de pintar
al óleo, he llegado a la conclusión de que lo más
práctico es hacerse uno mismo los colores partiendo de los básicos,
pero disponiendo también de algunos tonos prefabricados que faciliten
el trabajo. Mi paleta está compuesta por los siguientes colores:
blanco, bermellón, amarillo, naranja, ocre, verde azulado, verde
esmeralda, azul de Prusia, violeta, carmín y negro.
Hay que tener en
cuenta que hay pinturas más transparentes que otras y a nosotros
lo que nos interesa es la opacidad. Yo uso rojo, amarillo y naranja
de cadmio porque son muy cubrientes. El cuanto al blanco, prefiero el
de titanio porque es muy brillante y cubre bien.
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3.
Algunas tonalidades base |
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Bermellones y naranjas
con blanco son una buena base para las carnes, que luego pueden entonarse
con grises. El naranja más negro, añadiendo otros tonos,
nos facilitará las clásicas tierras y sombras.
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El
verde esmeralda con negro es muy útil para los mares, pero transparenta
mucho y a veces es preferible fabricar el verde con azul y amarillo. |
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El
azul resulta un color delicado: debe ser intenso y limpio. El ultramar
tiene algo de rojo y no permite conseguir celestes limpios, y el Prusia
no va bien para los violáceos. Si no se encuentra el azul ideal,
es mejor disponer de los dos y también del azul cobalto. |
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El
ocre es ideal para los dorados, añadiendo blanco y amarillo. |
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Utilizo
mucho el negro. En contra de algunas opiniones, considero que la gama
de los grises se puede hacer perfectamente con el blanco y el negro. Sólo
hace falta entonarlo después con una pizca de otro color. Es una
gama muy interesante y hay que practicar con ella porque proporciona riqueza
de color a toda la obra. |
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Los colores, unos
más que otros, quedan mates al secar. El barnizado hará
subir los colores y dará uniformidad al conjunto, a la vez que
protegerá la pintura. Si el original va a ser reproducido, conviene
que el barniz no sea brillante porque molestará en el proceso
de escaneado o fotografiado. No obstante, ese problema podría
resolverse si se hace una diapositiva del original con luz polarizada.
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